El Centro de Estudios del
Maestrazgo Turolense (CEMAT) acaba de publicar el libro “Maquis Y Franquismo:
Lucha armada, miedo y represión. La Agrupación Guerrillera de Levante (AGL) y
Aragón (AGLA) (desde finales de 1947 hasta la retirada a Francia en 1952)”, cuyo autor es José Ramón Sanchis Alfonso.
La publicación de esta
obra, en dos volúmenes, con un total de 1440 páginas, es la segunda parte del
estudio que sobre la Agrupación Guerrillera de Levante (AGL) realizó José Ramón
Sanchis, miembro del CEMAT, en 2007, el cual llevaba por título “Maquis: Una historia falseada. La Agrupación
Guerrillera de Levante (desde los orígenes hasta 1947)”.

Este libro estudia la lucha de
guerrillas contra el Régimen de Franco, dirigida por el Partido Comunista desde
Francia, que tuvo lugar en su ámbito geográfico por las provincias de
Castellón, Teruel, Tarragona, Cuenca y Valencia. El marco cronológico nos viene
delimitado entre los años 1947, cuando en el mes de octubre se reorganiza la
agrupación y se crea el 23º Sector, y 1952, cuando durante los meses de julio y
agosto se lleva a cabo la retirada definitiva a Francia de los últimos
guerrilleros. Está prolongado en el tiempo al estudiar la partida independiente
de “Francisco” y la “Pastora”, que tras desertar de la AGLA estuvo activa hasta
el año 1954, y también al ofrecer unas pinceladas históricas sobre el largo exilio
de algunos guerrilleros, en Francia y Checoslovaquia, hasta su regreso
definitivo a España; así como al dedicar un apartado al guerrillero Florencio
Guillén García “Viejo” de Gúdar y sus hijos Dionisio y Gerardo Guillén
Montolio.
Este periodo histórico se había iniciado en 1944 con la llegada de las
primeras partidas guerrilleras, conocidas como maquis, a la zona del Maestrazgo
y la Serranía Conquense después de la fallida Invasión del Valle de Arán. Con
su llegada se produjo un aglutinamiento de
las partidas autónomas existentes, y también la entrada en la guerrilla de un
buen número de republicanos de izquierdas, en su mayoría autóctonos, que con la
guerrilla iban a encontrar una esperanza, la de luchar para recuperar una
República perdida.
De considerable
importancia por su trascendencia fue el asalto guerrillero a la población de
Gúdar (Teruel) el 29 de septiembre de 1947, donde atacaron el Cuartel de la GC
y asesinaron a ocho de sus vecinos. La fuerte represión de las autoridades fue
inmediata, con la finalidad de crear el terror entre la población civil, con el
fusilamiento de 22 personas, sin juicio previo de ningún tipo, el 2 de octubre
de 1947. A partir de estos hechos se inicia el presente libro, que presenta dos
grandes etapas, con sus grandezas y sus miserias, pero con unas características
muy marcadas.

El periodo
inicial se identifica por la lucha armada, al coincidir con el periodo más
álgido de la lucha guerrillera, al frente de la cual se encuentra “Antonio” y
que durará hasta el mes de octubre de 1948. En esta etapa se producirá la caída
de los principales campamentos guerrilleros: el de Jujarra en Fortanete
(Teruel) en octubre de 1947, en noviembre el de Puertomingalvo (Teruel), en
diciembre el de Carramacho en Cabra de Mora (Teruel) y el de Monte Rodeno en
Valdecuenca (Teruel), en enero de 1948 el de Santerón en Algarra (Cuenca) y el
del Cerro de la Campana en Tuéjar (Valencia) y en marzo el de la Rebollosa en
Cabra de Mora (Teruel).
Hechos
trascendentes de este momento son el desmoronamiento del sector 17º y el 23º,
después de las detenciones de Pedro Ferriz Coracho “Madriles” y de Victorino Prades
Pitarch “Oronal”, en el mes de abril de 1948, y la
consiguiente pérdida de buena parte de los puntos de apoyo, que fueron
detenidos e ingresados en la cárcel; también las deserciones generalizadas de
guerrilleros que marcharon a Francia. Por otro lado se produjo la evacuación de
la población de las masías, obligados a ir a vivir a los pueblos. Las
constantes acciones de las contrapartidas y la generalización por parte de la
Guardia Civil de la ley de fugas entre los masoveros, para crear en ellos un
profundo terror y evitar así que apoyasen a la guerrilla. En este contexto
acontece en el mes de mayo de 1948 la muerte de “Antonio”, el jefe de la AGL, y
el asalto al campamento de Salinas de Valtablado en el término de Villar del
Cobo (Teruel), con la muerte de “Medina” el jefe del 5º Sector. Y en el mes de
julio en un nuevo enfrentamiento con la GC en La Ginebrosa (Teruel) la muerte
de Peregrín Pérez Galarza "Ricardo", el nuevo jefe para la AGL,
recién enviado por la dirección del PCE en Francia.
El segundo periodo se inicia en octubre de 1948 con el cambio de
táctica, entonces los dirigentes del Buró Político desde Francia deciden
también cambiar el nombre de la agrupación de AGL por el de AGLA (Agrupación
Guerrillera de Levante y Aragón), todo ello coincidente con la llegada de
Adelino Pérez Salvá "Teo", como ayudante de “Ricardo”, que no sabía
que éste ya había fallecido. Su función fue eminentemente política, para
promover el cambio que suponía abandonar la lucha armada, y dedicarse a la
concienciación de los campesinos, a la creación de los Consejos de Resistencia,
y a la instrucción del pueblo en la lucha para el derrocamiento del Franquismo.
Resultó un auténtico fracaso, tanto en las zonas
urbanas como rurales, debido por un lado a la fuerte represión de la GC y por
otro a que los guerrilleros no estaban preparados para ello.
La idea del partido era
enviar dinero desde Francia, con una asignación periódica para cada
guerrillero, y así evitar que cometieran acciones armadas; lo que casi nunca se
pudo cumplir, la solución para subsanar
esta financiación fue realizar acciones guerrilleras con el fin de proveerse de alimentos y
de dinero para poder mantenerse en el monte.
Entre otros hechos que acontecieron, en el mes de febrero de 1949 se
realiza por la GC el asalto a la masía Cabanil en el término de La Puebla de
Benifasar (Castellón) y el ingreso de Teresa Plá Meseguer la “Pastora” en la
guerrilla. En esta etapa en agosto de 1949 se produce la llegada a España de
uno de los grupos con nuevos dirigentes para la AGLA, a cuyo frente figura
Miguel Soriano Muñoz "Andrés", como nuevo secretario General del
Comité Regional y jefe de la AGLA. En noviembre de ese mismo año, la GC asalta
el campamento de Cerro Moreno en el término de Santa Cruz de Moya (Cuenca),
donde mueren doce guerrilleros, entre los cuales está buena parte del EM y el
nuevo jefe de la AGLA "Andrés".
Una oscura historia
llegó cuando una parte de los guerrilleros consideraron a esta época del cambio
de táctica como de mala dirección, de total regresión y de nula lucha armada.
Una parte de los críticos con esta nueva política padecieron en sus carnes el
ajusticiamiento y la muerte a manos de sus propios compañeros, como le ocurrió
entre otros muchos a Joaquín Boj Bayod “Joaquín”. Con este fin, de depurar a
los guerrilleros que no estaban conformes con los nuevos postulados o que
fueron críticos con los dirigentes de la AGLA, en octubre de 1950, se produce la llegada desde Francia de José Gros
Camisó "Antonio el Catalán", mandado por la dirección del PCE, para
ocupar la jefatura de la AGLA, aunque su preeminencia no fue reconocida por los
otros dirigentes de la guerrilla.
En este periodo
los guerrilleros del 17º Sector tienen que marchar desde la provincia de
Teruel, para evitar la fuerte persecución de la GC, a nuevas zonas en la
provincia de Castellón, al campamento de Montán, donde permanecerán hasta marzo
de 1951.
Finalmente en enero
de 1952, envían desde la dirección del PCE a “Teo” para que realice los
preparativos para la retirada definitiva. El 2 de julio desde Nogueruelas
(Teruel) se inicia la salida a pie a Francia de los últimos guerrilleros.
Juan Luis Porcar, Investigador y miembro del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló en su presentación dice
sobre el libro:
“Nos encontramos ante un
libro resultado de años dedicados a la investigación histórica, al trabajo de
campo en el que conviven paisaje y factor humano, que nos ofrece una amplia y
pormenorizada información sobre el fenómeno de la guerrilla y su incidencia en
el territorio y sus habitantes, una información que pacientemente José Ramón
Sanchis ha sabido recoger, ordenar, e interpretar, y de esta forma recuperar
datos y testimonios de una época oscura y silenciada, abriendo archivos y
permitiendo que protagonistas de los hechos puedan también escribir la historia
y que esa memoria trascienda hasta nosotros.
La incansable tarea de
Sanchis, recorriendo cada rincón, cada pueblo, cada masía, en un amplio
territorio que incluía zonas de las provincias de Teruel, Castellón, Cuenca,
Valencia y Tarragona, el contacto directo con las víctimas y sus familiares
posibilita la recogida de información oral, que contrastada con la
documentación escrita nos permite analizar no sólo la acción represiva del
Estado, sino también las diversas actitudes de la población frente a ella y las
relaciones interpersonales en el ámbito rural.
El primer Franquismo y el
mundo rural golpeado por el fenómeno de la guerrilla forman parte también de
una historia local, hasta ahora desconocida, de un silencio que nos habla de
represión y miedo, que se impone a las palabras y a las confesiones solo
pronunciadas durante las noches en la intimidad del hogar. El tiempo se detiene
para las víctimas pero los que ya no están, los desaparecidos, planean sobre la
comunidad como un espectro que exige verdad y justicia, sobre una historia
local hasta hace pocos años, escrita mayormente por los vencedores de la Guerra
Civil y sus herederos.
Esta obra que tienes
entre tus manos representa un estudio riguroso en el cual el autor pretende
también abrir nuevas vías de investigación, un trabajo concienzudo y realizado
con disciplina y dedicación, estudiando archivos, recopilando datos de la
prensa de la época, contrastando los resultados con otras investigaciones, y
recogiendo testimonios y protagonistas para rescatar una historia en la que el
tiempo juega en su contra.
Libros como este son
necesarios para conocer nuestra historia no tan lejana, para desmitificar
creencias y hechos dados como veraces, ayudarán a una comunidad a crear y
asumir su propia identidad conociendo todo lo reprimido y hasta ahora
silenciado, en definitiva, para poder enfrentarse al olvido de las vivencias
traumáticas, el cual nunca será posible si antes no se asume el recuerdo”.
La edición de este libro ha sido posible gracias a una subvención de proyectos para la recuperación de la
memoria democrática del Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón, y a la colaboración del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló, la Asociación Pozos de Caudé y La Gavilla Verde.
El libro ya se está distribuyendo a los socios y está en distribución en
librerías. Puede adquirirse a un precio de 46 €. Cuando las circunstancias lo
permitan se realizarán presentaciones del libro en diversas localidades del
territorio.